viernes, 30 de octubre de 2009

Apóstol Juan, Biblicamente



El discípulo amado, el hombre que tuvo la bendición de recostar su cabeza al costado del Señor en la última cena; es un personaje de quien bíblicamente se habla poco, pero al demostrar su carácter lleno de compasión y amor, ha trascendido hasta alcanzar los niveles de mito. En esta, la primera de tres partes, hablaremos sobre lo que hay en la Biblia acerca de él, y cabe mencionar que es poco en relación a su importancia.
Juan era hermano de Jacobo, probablemente era el menor, ya que tradicionalmente se menciona primero al mayor, y en todas las referencias bíblicas Jacobo encabeza la pareja. Luego se lee que eran hijos de Zebedeo, un hombre de pesca que, al parecer, tenía un negocio tan próspero como para contratar empleados (Mr 1:19-20), quizá esta posición acomodada había contribuido a formarles un carácter duro y jactancioso, por lo cual el Señor les puso el sobrenombre de “Boanerges” (Hijos del trueno) (Mr 3:17). Este carácter se vio reflejado en tres ocasiones. Una de ellas es cuando Juan le cuenta al Señor que habían encontrado a uno que echaba fuera demonios en Su nombre (Mr 9:38) y ellos se lo habían prohibido. Aquí muestra un carácter excluyente y aún no moldeado por Cristo (por cierto, es la única ocasión en que Juan habla dentro de los evangelios). En la segunda ocasión, se muestra una fe muy fuerte pero igual de fuerte también es su carácter intolerable y poco amoroso, hasta el punto de compartir el deseo de Jacobo su hermano al pedir que descendiera fuego sobre la ciudad de Samaria, porque no habían recibido el mensaje (Lc 9:45). Y la tercera ocasión, es su aprobación al no negar la petición que su madre hace a Jesús, cuando le pide los lugares principales en el reino de Él (Mt 20:20-23).
Es probable que Juan haya sido primo de Jesús, si hacemos comparación entre los relatos en los evangelios en cuanto a las mujeres que estaban presentes en la crucifixión de Jesús. Así lo cuentan:

Mt 27:56
María Magdalena,
María la madre de Jacobo y José
y la madre de los hijos de Zebedeo

Mr 15:40
María Magdalena,
María la madre de Jacobo y José
Salomé

Jn 19:25
María Magdalena,
María, Mujer de Cleofas
La hermana de su madre
la madre de Jesús

Es muy probable que la madre de los hijos de Zebedeo, Salomé y la hermana de María sean la misma persona. Cabe resaltar que el único que habla de “la hermana de su madre” (de Jesús) es Juan en su evangelio. Si esto es así, Juan sería primo de Jesucristo. Esto, repito, no es seguro, solo probable. ¿Qué cambiaría, entonces, el hecho de que Jesús y Juan fuesen primos en la carne? En realidad nada. Inclusive la escena en que Juan recuesta su cabeza al costado del Señor, seguiría hablando de confianza, no necesariamente por ser primos, sino porque entre ellos existía el amor de Dios y ese no sabe de lazos sanguíneos. Lo que sí se entendería mejor sería el hecho de que Jesús encargara su madre a Juan, ya que habría una justificación doble para que éste recibiera a María en su casa: el lazo sanguíneo y el espiritual (Jn 19:27).
Juan, en las narraciones de los evangelios, refleja un perfil callado, inclusive hasta en el libro de los Hechos de los apóstoles no lleva la voz cantante, como sí lo hace Pedro. Formó parte del grupo cercano de Jesús, Pedro, Jacobo y Juan, que tuvieron la bendición de ver la transfiguración de Jesús (Mr 9:2), presenciaron la predicación de Jesús en el Monte de los Olivos, frente al templo de Jerusalén, la sanidad de la suegra de Pedro (Mr 1:29), la resucitación de la hija de Jairo (Mr 5:37), la resurrección de Lázaro, y los otros seis milagros que narra Juan en su evangelio.
La trascendencia de la vida de este apóstol es muy grande para todo el cristianismo. Durante los próximos números, veremos un poco de la historia de su vida después del libro de los Hechos y estudiaremos el carácter de sus escritos.

Bendiciones


José A. Reyes

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