martes, 27 de octubre de 2009

Apóstol Pablo (1 parte)


1.- Origen y Familia.
Su nombre judío era Saulo, pero en sus epístolas, el apóstol siempre se llama a sí mismo Pablo.
Era miembro de la tribu de Benjamín (Fil. 3:5).
Lucas introduce en los hechos el nombre romano del apóstol (Pablo); lo emplea a partir del instante en que da comienzo entre los gentiles la obra de aquel a quien ellos conocían como Pablo.
Una tradición muy antigua informa que salieron de Gischala, en Galilea, cuando los romanos se apoderaron de esta ciudad.
Los familiares de Pablo parecen haber sido numerosos e influyentes. Lo importante del papel de Pablo, a pesar de su juventud, durante el martirio de Esteban, apoya esa suposición.
Es indudable que Pablo era ya miembro del sanedrín (Hch. 26:10), y el sumo Sacerdote le encomendó la misión de que persiguiera a los cristianos (Hch. 9:1-2, 22:5).
Criado en la obediencia a la ley y en la piedad judía tradicional, por cuanto su padre era un fariseo estricto (Hch. 23:6). Pablo poseía también, por nacimiento, la ciudadanía romana.
Su condición de ciudadano romano le fue de utilidad en su apostolado y le salvo la vida en más de una ocasión.

2.- Formación Moral e Intelectual.
Tarso, una de las ciudades intelectuales de la época, era un foco de cultura griega. Estaba de moda entonces el estoicismo (filosofía griega fundada por Zeno de Ciutum, enseñaba que había un Ser supremo, pero que había muchos dioses subordinados, y que el hombre tenia facultades similares a los dioses.).
Sin embargo es muy poco probable que Pablo acudiera a escuelas griegas; sus padres, austeros judíos, lo enviaron de joven a estudiar en Jerusalén.
Los jóvenes judíos aprendían una profesión, y Saulo hizo el aprendizaje de fabricación de tiendas (Hch. 18:3).
Dice el (Hch. 22:3) que había sido criado en Jerusalén, a donde tubo que llegar muy joven.
La educación recibida lo arraigo profundamente en las tradiciones del fariseísmo. Fue instruido en el conocimiento preciso de la ley de sus padres, su maestro fue uno de los mas celebres rabinos de su época, Gamaliel.
Aunque era fariseo, el gran rabino no rechazaba del todo la cultura griega. A sus pies, el joven Saulo no estudio solamente el Antiguo Testamento, sino también las sutilezas de las interpretaciones rabínicas.
Se lanzo ardorosamente dentro del seno del judaísmo, animado de un excesivo celo por las tradiciones de sus padres (Gal. 1:14).
Versado en la religión y en la cultura judías, sumamente dotado, miembro de una familia distinguida, el ferviente joven fariseo estaba preparado para grandes logros en el seno de su pueblo.

Hno. Jose Carlos Castillo Zepeda.

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