viernes, 30 de octubre de 2009

Apóstol Pablo, Primer Viaje


El Espíritu Santo reveló a los profetas de la iglesia de Antioquia que Pablo debía empezar su apostolado, y les ordenó que pusieran aparte a Bernabé y a Pablo para la obra a la que Dios les había llamado, es posible que este viaje tuviera lugar entre en el año 46 y 48 d.C.
Bernabé, que era mayor, dirigía la misión, pero Pablo que era más elocuente, se destacó pronto. No solo fueron ellos dos, sino que también los acompaño Juan Marcos en este viaje.

El pequeño grupo se dirigió de Antioquia a Seleucia, de allí se embarcaron hacia Chipre, y desembarcaron en Salamina, donde empezaron a predicar el Evangelio en las sinagogas, así atravesaron toda la isla, llegando al Puerto de Pafos. Sergio Paulo, el procónsul romano, residía en esta ciudad, pero cuando el se interesó en conocer el evangelio, intentó oponerse a ello un falso profeta judío llamado Barjesús, que tenía por sobrenombre Elimas (el mago), quien gozaba del favor del procónsul. La vehemencia de su oposición a la Palabra de Dios indignó a Pablo, quien le anunció que el Señor lo heriría de ceguera. Testigo de esta intervención divina, y atento a las enseñanzas de Pablo, Bernabé y Marcos, abrazo la fe cristiana.

El grupo ahora dirigido por Pablo, se embarco rumbo a Asia Menor, llegando a Perge; en Panfilia, allí fue donde Juan Marcos rehusó proseguir el viaje, volviéndose a Jerusalén.
Después de esto Pablo y Bernabé se dirigieron al norte y entraron en Frigia, llegando a Antioquia de Pisidia. Pablo y Bernabé acudieron a la sinagoga donde los principales les invitaron a hablar, entonces Pablo pronunció el gran discurso registrado en Hechos 13:16-41. Este discurso suscitó la hostilidad de los notables judíos, pero convenció a muchos de los israelitas piadosos, especialmente a muchos de los gentiles que habían sentido la influencia del judaísmo.
El sábado siguiente, Pablo y Bernabé, siendo injuriados por los de la sinagoga, rompieron el contacto con los de la sinagoga, y se dirigieron directamente a los gentiles. El Evangelio se expandió por todo el país, pero las autoridades de Antioquia de Pisidia, alertadas por los judíos, expulsaron a Pablo y Bernabé.

Se dirigieron entonces a Iconio, donde hubo numerosas conversiones de judíos y gentiles. Los judíos que mantenían una postura de hostilidad, sublevaron a una parte de la ciudad en contra de Pablo y Bernabé, quienes partieron hacia Listra, y después a Derbe. En Listra Pablo curó milagrosamente a un hombre paralítico de nacimiento, la multitud que creía que se trataba de los dioses Júpiter y Mercurio, les querían ofrecer sacrificios. Pablo y Bernabé se opusieron a ello, y Pablo pronunció su discurso contra la idolatría.
Los judíos de Antioquia y de Iconio amotinaron entonces al populacho, y Pablo fue lapidado, sacado de la ciudad, y pensando que estaba muerto lo dejaron tirado fuera de la ciudad. Sin embargo, Dios lo reanimó, y se dirigió con Bernabé a Derbe. Al llegar a Cilicia Pablo y Bernabé hubieran podido llegar directamente a Antioquia de Siria, pero deseaban confirmar las nuevas iglesias antes de volver a Antioquia de Siria.

Así volvieron a Derbe, a Listra, a Iconio, a Antioquia de Pisidia, y a Perge, consolidando las iglesias y confirmando los ánimos de los discípulos, se detuvieron en Perge para predicar, después descendieron a Atalia, puerto de Perge y allí embarcaron rumbo a Antioquia de Siria.
Así finalizó el primer viaje misionero de Pablo, y es así que Dios había abierto el camino al Heraldo del Evangelio.


José Carlos Castillo Zepeda

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