martes, 27 de octubre de 2009

Guillermo Carey, (2ª de 2 Partes)



Paganismo en la India
La extensión del cristianismo en la India estaba reducida prácticamente a los europeos que allí vivían por intereses comerciales. La pobreza, ignorancia y superstición estaban difundidas por doquier; el sistema de castas tenía raíces inmemoriales; las costumbres paganas estaban reflejadas en dos bien arraigadas: tirar niños al Ganges, como ofrenda al río sagrado y arrojar a las viudas a la hoguera donde el marido recién fallecido era incinerado.
Primeros años como misionero
Por seis años Carey estuvo trabajando en una plantación de índigo al norte de Calcuta.
Allí aprendió el bengalí y tradujo el Nuevo Testamento a dicha lengua, además de preparar una gramática y un diccionario de la misma. La facilidad para los idiomas que tenía llegó a convertirse en un medio de bendición para su tarea. Pero al mismo tiempo las pruebas se cebaron en su familia: su hijo de cinco años murió como consecuencia de las fiebres, mientras que su esposa no se adaptaba a las dificultades en el nuevo país.
El trío de Serampore
En 1800 Carey se traslada a Serampore donde permanecería por treinta y nueve años. Allí se le unieron dos misioneros más que permanecerían con él hasta el fin, y que serían conocidos como "el trío de Serampore". Uno de ellos era William Ward, especialista en imprenta, y el otro Joshua Marshman, especialista en lingüística. Sin duda este trío misionero fue uno de los más sólidos y fructíferos equipos misioneros que nunca hayan existido.
Traduciendo la Biblia
A estas alturas Carey ya dominaba el bengalí, el sánscrito y otros idiomas de la región y entre sus prioridades estratégicas estaba la traducción de la Biblia a la lengua materna de aquellos pueblos. En treinta años la tradujeron a seis lenguas, siendo Carey el responsable de la traducción al bengalí, sánscrito y marathi. Mapa de difusión de las principales lenguas habladas en el subcontinente indio. Además, tradujeron el Nuevo Testamento a veintitrés lenguas y porciones escogidas de las Escrituras a otras más. Sin duda el trabajo de traducción fue primordial en la obra de Carey en la India.
La jornada diaria de un traductor
De una de sus cartas podemos hacernos una idea de cómo era un día cualquiera en su trabajo de traducción:
"Me levanté esta mañana a las seis menos quince minutos, leí un capítulo en la Biblia hebrea, y pasé el tiempo hasta las siete en oración privada a Dios; luego dirigí el culto de familia con los criados en bengalí. Mientras preparaban el té leí un poco en persa con un manshi y antes de almorzar hice lo mismo pero en indostánico. Cuando acabé de almorzar me puse a trabajar con un pandit en la traducción desde el sánscrito del Ramayana. A las diez me fui al colegio donde estuve hasta las dos. Vuelto a casa examiné una prueba de la traducción de Jeremías al bengalí, lo que me llevó hasta la comida. Después de comer traduje al sánscrito, con la ayuda del pandit principal del colegio, la mayor parte del capítulo ocho del evangelio de Mateo.
Después de las seis me senté con un pandit telingi para aprender este idioma. A las siete empecé a reunir unos pocos pensamientos en la forma de un sermón y prediqué hasta las siete y media. Había como cuarenta personas presentes... Después del sermón me senté y traduje el capítulo once de Ezequiel al bengalí hasta casi las once de la noche."
La importancia de la lengua materna
Un dato significativo que nos da la medida de su sensibilidad en este aspecto es que cuando fue nombrado profesor de idiomas en el colegio Fort William en Calcuta, donde se formaría la flor y nata de los futuros dirigentes del país, Carey se dio cuenta de que las clases superiores estaban acostumbradas al sánscrito y tenían al bengalí como lengua vulgar, asociada a las casta más bajas de la nación; por lo tanto, tradujo sus materiales de enseñanza al sánscrito, consciente de la necesidad de alcanzar a las personas en el idioma de su corazón. A la edad de setenta y tres años, Carey dejaba la India y esta vida; respecto a la primera había dicho:
"Nunca tuve la idea de regresar a Inglaterra... mi corazón se casó con la India."

Hno. Sergio H. Rincón Velasco

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