martes, 27 de octubre de 2009

Libros Apócrifos, (1 de 2 partes)




Tobías
El libro de Tobías, no figuró nunca en el Canon de los libros inspirados. Este libro contiene doctrinas puramente paganas, por ejemplo:
En el capítulo 4: verso 11, dice así: "Por cuanto la limosna libra de todo pecado y de la muerte".
En el versículo 18, del mismo capítulo dice: "pon tu pan y tu vino sobre la sepultura del justo".
En el capítulo 6 y verso 8, dice: "Respondió el Angel (a Tobías), y le dijo: Si pusieres sobre las brasas un pedacito del corazón del pez, su humo ahuyenta a todo género de demonios".
En el capítulo 12 verso 9, dice así: "Porque la limosna libra de la muerte y es la que purga los pecados y alcanza la misericordia y la vida eterna".
En los cuatro versículos que hemos copiado tenemos tres doctrinas a cuál más pagana:
Primera: La idea de la salvación, por medio de obras de caridad; practicada por todos los pueblos paganos y rechazada completamente por la palabra de Dios. Véase Hebreos 9:22 y Juan 3:14-19.
Segunda: La costumbre de poner comida a los muertos y a ciertos ídolos, era práctica corriente entre los Egipcios y los Caldeos y otros pueblos; pero es contraria a la palabra de Dios.
Tercera: Creer que el corazón de un pez ahuyenta a los demonios es una de las tantas hechicerías y supersticiones, que todos los paganos practicaban. Pero la Biblia condena y prohíbe estas cosas, véase Deuteronomio 18:10-14.
En el Capítulo 12:15, Tobías le pregunta a un joven que se le presenta: "¿Quién eres tú?". A lo que el joven responde: "Yo soy Azaría, hijo de Ananías el grande." Sin embargo, dice Tobías que era el "Angel Rafael". Según lo cual, el ángel dijo una mentira.
¿Es posible aceptar la inspiración de un tal libro?.
Judith
El propio Abate Du-Clot, reconoce que el libro presenta contradicciones imposibles de explicar y que él atribuye a errores de los copiantes.
En el capítulo 1, verso cinco dice: "Nabucodonosor rey de los Asirios reinaba en la gran ciudad de Nínive". Nabucodonosor no fue rey de los Asirios, sino de los Caldeos. No reinó en Nínive sino en Babilonia (Daniel 4.30), y según la historia, Nabopalasar, su padre, aliado con Ciaxares rey de los Medos, "atacó y destruyó a Nínive Capital de Asiria", y esto antes de ser rey Nabucodonosor.
En el capítulo 9, verso 2 dice: "Señor Dios de mi padre Simeón a quien pusiste la espada en las manos para castigar aquellos extranjeros". Aquí dice que Dios puso la espada en las manos de Simeón y parece alabarse la acción de éste. Pero eso está en abierta oposición a la palabra de Dios que maldice la acción de Simeón. Véase Génesis 49:5. "Simeón y Leví; armas de iniquidades sus armas".
En el capítulo 11, verso 11 dice: "Por lo cual han resuelto matar a sus bestias para beberles la sangre".
La Vulgata, versión de Torres Amat, tiene una nota en este versículo que dice así: "Todo lo que sigue tomado a la letra parece no dejar lugar para excusar a Judith, de ficción o mentira". Cuando las propias autoridades de la iglesia católica romana reconocen que Judith, parece ser una mentirosa, nosotros no tenemos nada más que añadir.
En el capítulo 13, verso 30, Judith recibe adoración y no la rechaza, como hizo Pedro, en Hechos 10:25. La prueba interna es desastrosa para la inspiración del libro.
Esther
Al empezar el capítulo 15, tiene una nota de San Jerónimo que dice "también hallé estas adiciones en la Vulgata". Exactamente, adiciones, eran, son y serán.
La Sabiduría:
El Abate Du-Clot, en la página 505 de "vindicias", dice, "los griegos llamaban a este libro la Sabiduría de Salomón, reconociendo que el autor ha tomado sus conocimientos e ideas de las obras de Salomón. Y que ha procurado imitarlo. Los judíos no tienen este libro en su canón, aunque lo tienen en gran estima". Según el párrafo anterior los judíos no reconocían el libro como inspirado y el verdadero autor fue uno que pretendió imitar a Salomón. Los que hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo no pretendieron imitar a nadie ni tuvieron necesidad de suplantar nombres.
El que escribió el libro, parece que creía en la reencarnación de las almas, dice en capítulo 8 versículo 19: "Ya que de niño era yo de buen ingenio, y me cupo en suerte una buena alma".
En el capítulo 10, versos 1-4, dice que el diluvio fue por causa del pecado de Caín, comparándolo con Génesis 6:5-7, se ve que no es así, como lo dice el plagiador de Salomón.
En la tercera y última parte veremos acerca de errores del Eclesiástico, La profecía de Baruc, Las partes añadidas a Daniel, los dos libros de Macabeos y una conclusión acerca de este estudio, sobre los Apócrifos.
El Eclesiástico
Dice Du-Clot, en "Vindicias", página 508: "Algunos antiguos han dudado de su autenticidad, por no hallarse en el canon de los judíos". El libro tiene un prólogo que se atribuye a un tal Jesús, nieto del autor de dicha obra. Del prólogo son las siguientes palabras: "Mi abuelo Jesús, después de haberse aplicado con el mayor empeño a la lectura de la ley y los profetas, y de otros libros… quiso él también escribir algo sobre estas cosas".
De este párrafo aprendemos que el tal Jesús escribió porque él quiso. Que los Judíos tenían los libros inspirados, denominados "la Ley y los Profetas" (Mateo 5:17), y además otros que no lo eran. El mismo autor del prólogo dice, más abajo, hablando de que los libros pierden al ser traducidos y añade: "No solo este libro, sino la ley y los profetas".
El autor de este libro jamás pretendió escribir bajo la inspiración del Espíritu Santo. El libro en general es el mejor de los Apócrifos. No obstante su lectura es un buen argumento contra la propia inspiración.
Da consejos como estos:
"Si te has visto forzado a comer mucho retírate de la concurrencia y vomita; y te hallarás aliviado". Capítulo 31 versículo 25. En el versículo 37, hablando del vino, dice: "El beberlo con templanza es salud para el alma".
En el capítulo 33, verso 16, dice así: "Yo ciertamente, me he levantado a escribir el último y soy como el que recoge rebuscas tras los vendimiadores". Este testimonio del autor demuestra que él no creía que estaba escribiendo un libro que era la Palabra de Dios. El mismo confiesa que era el resultado de sus estudios y conocimientos. El que escribe por inspiración no habla así. Además los judíos creían que para escribir bajo inspiración de Dios había que ser profeta, y el canon auténtico del Antiguo Testamento, parece estar de acuerdo con este criterio.
La profecía de Baruc
Dice el Abate Du-Clot, en su libro "Vindicias de la Biblia", página 548; "Los judíos no admiten este libro por no hallarse en el hebreo".
El libro se atribuye a Baruc, contemporáneo de Jeremías. En el capítulo primero, versículo uno al tres dice: "Estas son las palabras del libro que escribió Baruc, el año quinto, a siete del mes, después que los Caldeos se apoderaron de Jerusalén y la incendiaron. Y leyó Baruc (en Babilonia, junto al río Sodi), las palabras de este libro en presencia del hijo del rey Joakín y de todo el pueblo que acudió a oírlo". El lector tendrá bondad de fijarse bien en lo que acabamos de copiar.
Ahora bien; Jerusalén fue destruida en 588 a.de C., según el "diccionario Bíblico". En esta fecha, los Babilonios, dejaron en Judea a los más pobres y pusieron por gobernador a Gedalías; con este "residuo" quedaron Jeremías y Baruc. Pero algún tiempo después ciertos judíos mataron a Gedalías y se llevaron el residuo a Egipto. Véanse II Reyes, Capítulo 25, versículos 22 a 26, y Jeremías, capítulo 43, versículos 1 al 7. Baruc fue para Egipto con Jeremías y no para Babilonia.
El libro de Baruc afirma que fue escrito en Babilonia, cinco años después de destruida Jerusalén, esto colocaría al libro como escrito en 583, antes de Cristo. Pero resulta que el verso 8 del capítulo primero dice: "Después que Baruc hubo recibido los vasos del templo del Señor, que habían sido robados del templo, para volverlos otra vez a tierra de Judá". Estos vasos que fueron llevados de Jerusalén a Babilonia, no regresaron hasta el año primero del reinado de Ciro, rey de Persia. Véase Esdras, capítulo uno. Los vasos regresaron el año 536, antes de Cristo. ¿Cómo pudo haber sido escrito el libro de Baruc, por éste, en Babilonia, siendo que Baruc, no fue llevado a dicha ciudad, sino que se marchó con Jeremías a Egipto?. ¿Cómo se puede armonizar el hecho de que fue escrito en 583, y el libro fue leído en Babilonia y sin embargo, los vasos no fueron devueltos a los judíos sino 47 años mas tarde?. Además según Esdras, los vasos no fueron entregados a Baruc, sino a Sesbassar, gobernador de Judea y a Esdras. Sacerdote. Véase Esdras 5:14 y 7:19.
En la lista que tenemos en Esdras, capítulo dos, donde se mencionan todos los hombres notables que regresaron a Jerusalén con Esdras, ni siquiera se menciona a Baruc.
En el Capítulo 3, verso 4 dice: "Dios de Israel, escucha ahora la oración de los muertos de Israel". ¿Qué quiere decir esto?.

Continuará…

Hermano Artemio González Treviño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario